La piel es el órgano más grande del cuerpo y además, en la manera que cuidemos de ella dependerá de cómo nos veamos al pasar de los años. Les decía hace unos días que una cosa es envejecer con dignidad y otra, tirarse al abandono. Además de usar protector solar, no dormir sin desmaquillarnos (nunca, jamás, está prohibido) y usar los tratamientos correctos, alimentarnos bien tiene mucho que ver.
Al respecto, consumir productos de temporada suelen aportar mayor cantidad de vitaminas. Y, ¿te suena el colágeno y la elastina? Ambas son proteínas y están relacionadas con la apariencia de la piel.
Sabemos que el mundo del skincare está revolucionado y que los laboratorios trabajan buscando elementos que nos acerquen a la lozanía eterna. Por ejemplo, científicos de Barcelona identificaron que la IL-17 desempeña un papel muy importante en el proceso de envejecimiento de la piel.
El trabajo, presentado en la revista especializada Nature Aging, apunta que al bloquear a IL-17 se hacen más lentas las apariciones de signos que envejecen la piel.
Lo mejor será siempre ir con un especialista, porque aunque sabemos qué alimentos nos hacen bien, y también, los que no, las cantidades y las combinaciones son básicas. Además, la piel es sensible también a la falta de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. Balancear el menú es el secreto de todo. Yo estoy cubierta por todas partes con Ysonut: sí, es mi escudo protector que, además tiene muy bien sabor.
Entre mis productos favoritos están las Finissimas Toast Naturales, porque todos amamos el pan. También, la Bebida fría sabor Chocolate -y es que sabe a gloria-. Hay muchos más, pero les contaré al respecto en las siguientes entregas. Mi piel está más linda y yo, ¡estoy feliz!
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