Siempre habrá razones para escribir de la ciudad que nunca duerme, esa que vibra al ritmo de sus luces y seduce sin prisa. Por eso, es uno de mis destinos favoritos y puedo presumir que lo conozco bastante bien. No obstante, en cada travesía me sorprende y por eso, quiero compartirles algunas de las aventuras de mi viaje más reciente para celebrar nuestro aniversario 17 de casados.

Aterrizamos, dejamos las maletas y nos fuimos a caminar. A Las Vegas hay que ir con zapatos cómodos para gozarla como merece. Después de una suculenta whataburger -de reciente apertura en la Strip-, arrancamos a nuestra primera misión: ir a Sphere. Llegamos caminando y la mejor manera de acercarse es por el puente del hotel Venetian. Les dejo el tip para que no tengan que rodear de más.

Créanme que no hay forma de explicar lo que es, sin que suene a exageración. Esa cúpula futurista nos dejó sin aliento y nos convirtió en exploradores de nuestra propia aventura al natural. Aunque hay conciertos, le teníamos muchas ganas a Postcard From Earth, un documental que fue realizado especialmente para este lugar. Vale la pena y es algo que no se deben perder. Además, los invitará a reflexionar sobre nuestro Planeta y a deleitarse con tomas espectaculares.

Si compras las entradas ahí, ahorras un poco. No obstante, recuerda que en Las Vegas siempre es temporada alta, así que si quieres asegurar tu espacio, es mejor que reserves todo en línea. Llega con tiempo porque querrás tomar muchas fotos y comprar palomitas.

Para comer sabroso

En Las Vegas hay para todos los gustos: desde una hamburguesa -como la de nuestro primer día- o restaurantes de chef reconocidos a nivel mundial. ¿De qué tienes ganas? Te aseguro que existe en la ciudad de las luces.

Una de las experiencias más románticas se vive en Lago, el restaurante italiano de Julian Serrano con la mejor vista a las fuentes del Bellagio. Todo está bien en este lugar. El espectáculo que podrán disfrutar en primera fila, ya sea en la terraza o en la zona interior con aire acondicionado, el servicio, el amplísimo menú, las delicias que salen de la cocina.

Hay mucho para recomendarles: SEAFOOD ON ICE (camarones, ostras, langosta de Maine, cangrejo real de Alaska y caviar, ideal para dos personas), BRUSCHETTA, las PIZZETTAS, LOBSTER BENEDICT y de pasta, SEAFOOD LINGUINE entre muchas otras. Reserven un espacio para el postre: la TORTA DE CHOCOLATE fue mi favorita.

Podría decirles, sin temor a equivocarme, que uno de los lugares con mejor vista de la Strip es el hotel The Cromwell. Quizá es uno de los secretos mejor guardados de Las Vegas y sí, se los comparto con todo el corazón. Ahí tuvimos una cena inolvidable en Giada, el restaurante de Giada De Laurentiis.

Sus ventanales enormes tienen una vista franca a una de las calles con más vida del mundo. La comida está para chuparse los dedos, es italiana con acento californiano. A decir de Juan Calos, mi esposo, la pasta al limón con camarones es la mejor que ha probado en su vida.

En Giada la selección de vinos es amplísima y el servicio, exquisito. Cualquier pasta que pidan será garantía. Yo disfruté una con quesos que me llevó al paraíso. De la misma manera, sus postres. Sin duda, es una parada obligada para comer y brindar por el amor.

Diversión al máximo

Parte importante de la vida de Las Vegas sucede de noche. Es cuando las luces brillan con más fuerza y los espectáculos, de nivel mundial, suceden. Entre los más recientes está Awakening y, ¡vaya sorpresa! Me dejó con la boca abierta. ¿Hasta dónde podremos llegar en un escenario? Lo que hacen es increíble.

Y es que si hay algo que Las Vegas sabe hacer bien, es desdibujar esa delgada línea que existe entre lo real y lo imposible. El espectáculo, al que sin duda tienen que ir, está dirigido por Baz Halpin, con narrativa de Anthony Hopkins y coreografía de Mandy Moore. Awakening tiene un mensaje muy esperanzador, que llama a la unidad y al amor. Y un tip: todas las butacas son buenas, pues el teatro que está en el Wynn, se construyó especialmente para este tremendo espectáculo.

Otra parada que deben hacer en su viaje de amor a Las Vegas es el Disco Show, una joya para bailar sin ataduras y viajar en el tiempo. Música disco, bailarines con trajes llamativos y una energía envidiable, los llevarán al centro de la pista donde ustedes serán los protagonistas por poco más de una hora.

Y para cerrar el viaje con broche de oro, fuimos al famoso Omnia, el número uno de los clubes nocturnos de la ciudad. Está en el Caesars Palace y es el objeto de deseo de todos los que aman la música electrónica. Nos tocó la fortuna de ver en vivo a Steve Aoki. ¡Vaya noche memorable!

Observen todo con calma, tendrán tiempo para disfrutar. Los techos son muy altos, así que la sensación de amplitud está garantizada aunque el lugar es de los más visitados. Hay una especie de candelabro que se roba buena parte del show, es un sistema de luces y sonido que parece tocar nuestras cabezas con sus movimientos peculiares.

Lo que pasa en Las Vegas se queda en nuestros corazones para siempre. Y aún hay mucho más que contarles: pronto les compartiré mi experiencia en un pueblo fantasma que está a poco menos de una hora y en donde, por cierto, se pueden celebrar bodas.

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