Ser dama de honor es un privilegio y también, conlleva muchas responsabilidades. Aunque es una práctica más común en Estados Unidos, hay parejas en nuestro país que asignan un espacio para que sus padrinos den un pequeño discurso. A veces esto se sale de control y no resulta en un buen momento para nadie. Si te toca, sigue estos consejos.
Habla bonito: No es momento para indirectas, reclamos, sacar los trapos sucios al sol y menos, hacer algo que pueda herir a cualquiera de los presentes. Concéntrate en el amor, ¡por algo estás en esa posición el día de la boda!
Usa alguna anécdota linda: Si eres tan cercana a la pareja, seguramente viviste con ellos momentos que muy pocos conoces. ¡Es el momento de contar alguno, sin violar la privacidad de los contrayentes!
Usa props: Puedes esconder algunos props debajo de las sillas o pedirle al resto de las damas que lo repartan justo cuando le des la indicación. Eso sorprenderá a los invitados y también, a los novios.
No es tu boda: Que no se te pase la mano con un discurso largo.
Cero bromas pesadas: No es el momento ni eres comediante. Y si lo fueras, recuerda que hay escenarios apropiados para cada chiste. Podrías usarlo como un elemento pero debes filtrar muy bien el discurso.
Detén las copas: Se vale que en la boda de alguien importante tomes de más, pero nunca antes de dar tu discurso. Debes estar muy clara para ese momento.
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