El cacao da mucho más que el chocolate que conocemos comercialmente. Desde tiempos remotos, se usaba como herramienta en rituales para lograr una mejor conexión con uno mismo, y con los seres queridos. Tanto los olmecas como los aztecas y los mayas lo incluían como medicina para curar el cuerpo y el espíritu. Eso no ha quedado atrás del todo. ¿De qué se trata?
Existen variaciones en las ceremonias de cacao. En algunas se prepara la bebida para después consumirse en grupo, y en otras, simplemente se toma. Además, se realizan ejercicios de conexión interior, como la meditación y la respiración consciente, y luego, cuando el cacao comienza a hacer efecto (pasados cerca de 30 minutos), se llevan a cabo cantos y escrituras de las emociones.
En pareja el ritual es parecido, pero se intensifica la intención de conectar los corazones (tras la apertura del propio), y se pueden decir votos.
Algunos de los beneficios espirituales de estas ceremonias son:
- Revelación divina del Ser Superior.
- Establecer intenciones.
- Abrir el corazón.
- Liberar emociones negativas.
- Ayuda a sentir más felicidad.
El cacao y la ceremonia nos ayudan a recordar quiénes somos, y a conectar con nuestra verdadera esencia. Esto es clave para trabajar en uno mismo.
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