Aunque esta celebración es más común en Estados Unidos que en nuestro país, lo cierto es que cada día más personas lo celebran en todo el mundo. Y cómo no hacerlo: Thanksgiving o acción de gracias es la fecha en la que se reúnen amigos y familia para agradecer todo lo que la vida nos ha regalado, así como marcar el inicio de la temporada de holidays. ¡Y eso sí que se festeja en México!

Además, hacer un alto y dar gracias por todo -desde lo más pequeño hasta lo más grande- es una linda costumbre que todos deberíamos practicar diariamente, sin importar de dónde seamos ni el lugar de residencia actual.

Al respecto, el Santuario para los Sentidos, Banyan Tree Cabo Marqués ubicado en la cima del acantilado de Punta Diamante en Acapulco, presenta una noche especial que combina lo mejor de la gastronomía y la mixología para celebrar la tradición de Thanksgiving con una vista inigualable.

Este jueves 24 de noviembre, en el restaurante La Nao, conocido por su variedad de platillos internacionales y recetas que celebran lo mejor de la cocina guerrerense, se podrá disfrutar de un menú de cuatro tiempos. Incluye, entre otros, sopa de calabaza, el tradicional pavo relleno, puré de camotes y, para el postre, una tarta tradicional de calabaza o pastel de queso, canela y salsa de arándanos.

Mientras tanto, el bar Las Vistas también será sede de un guest bartending de la mano del mixólogo Francisco Peregrina, embajador de Aperol y Bulldog Gin, quien presentará un menú único de cocteles de ginebra y licor de naranja italiana. Todo, aderezado con un DJ que arranca a las 8 PM en punto.

Y, aprovechando la fecha, que no se te pase reservar en el spa que no es cualquiera. De verdad vale la pena: desde las cabinas -te prometo que jamás habías visto unas así- hasta la experiencia de sus masajistas que reciben un entrenamiento especial en Tailandia.

Todo en el Banyan Tree Cabo Marqués -que hace poco ganó un Distintivo que reconoce las mejores prácticas de Sustentabilidad Turística por parte de la Secretaría de Turismo- es una invitación a celebrar la vida. Villas privadas con alberca propia y un servicio de lujo son la cereza del pastel.

Cuando estés ante esas vistas tan contemplativas de Acapulco, respira profundo, disfruta y agradece.